top of page
  • Foto del escritorapsftigre

Secretos de un alma




Por Myriam Leguizamón




Secretos de un alma. Un film psicoanalítico. (Geheimnisse einer Seele, 1926) dirigida por Georg Wilhelm Pabst es considerado el primer producto de la industria cinematográfica que toma el psicoanálisis como tema. 

Sobre la película y su realización encontré interesantes publicaciones cuyos datos me interesa comentar aquí ya que tratan sobre la historia del movimiento psicoanalítico. Por ejemplo,  nos permiten ubicar el impacto que la creación freudiana produjo en esos tiempos, ilustran cómo fue la convivencia del psicoanálisis con algunos avances tecnológicos de esa época y fundamentalmente reflejan cómo Freud debió cuidar y luchar incluso con algunos de sus colaboradores para que la divulgación de su doctrina no cayera en la banalización.

Coincidentemente en 1895 el psicoanálisis y el cine comenzaron a ser accesibles para la población. En mayo Freud publicó junto a Breuer, “Estudios sobre la histeria (Studien über Hysterie) y en diciembre tuvo lugar la primera proyección pública del Cinematógrafo en el Grand Café del Boulevard des Capuchines en París llevada a cargo por los hermanos Lumière.

Sin embargo, la primera experiencia de Freud como espectador de cine fue catorce años más tarde en Nueva York, cuando en 1909, viajó a Estados Unidos invitado por Stanley Hall de la Clark University de Worcester a dictar sus cinco primeras conferencias de introducción al psicoanálisis. Jones lo cuenta así en su biografía de Freud: “…luego de almorzar fuimos a un cine, donde vimos una de esas primitivas películas de época, con abundancia de corridas y persecuciones. Ferenczi con su manera infantil, se mostró muy excitado, Freud, en cambio, no hizo más que divertirse”.

En las correspondencias de Freud a su familia él no le da ninguna importancia a este hecho y luego de ese viaje no hay datos sobre el cine y lo que le causó. Sí,  en cambio, le comenta a Martha -su esposa- que de las consultas particulares que pensaba tener en suelo americano no había realizado ninguna. La esperanza de una diferencia económica con ese viaje no se concretó.

Años más tarde en 1924 el productor Samuel Goldwyn –uno de los integrantes de MGM -se embarca rumbo a Europa para visitar a Freud y conseguir su colaboración para filmar una película basada en las grandes pasiones amorosas de la historia: Cleopatra y Marco Antonio sería la primera. Goldwyn estaba dispuesto a pagarle a Freud la suma de cien mil dólares por su asesoramiento. La respuesta de Freud a la solicitud de entrevista fue escueta y terminante: “No tengo intención de ver a Mr. Goldwyn”. Se atribuye a Hanns Sachs el comentario de que la negativa de Freud causó en Nueva York más revuelo que la publicación de “La interpretación de los sueños”. A pesar de su situación económica complicada, Freud no accede siquiera a discutir la propuesta.

Al año siguiente, en 1925, Hans Neumann -productor de la UFA, la productora de cine más importante de Alemania- se pone en contacto con Karl Abraham para conseguir la autorización y asesoría de Freud para llevar a cabo un proyecto fílmico sobre un caso de cura psicoanalítica. Abraham sabía de la reticencia de Freud a Goldwyn, pero igualmente le escribe para obtener su aprobación.  A pesar de que Freud estaba atravesando una de las mayores operaciones por su conocida dolencia su respuesta fue rápida y contundente “El famoso proyecto me resulta incómodo. (…) Si quieren hacer algo salvaje porque nosotros nos neguemos, no podremos impedirlo, pero no estaremos implicados. (…). Mi objeción principal sigue siendo que no me parece posible representar nuestras abstracciones de manera respetable con medios visuales. Y no vamos a autorizar nada insípido. (…) explique a la empresa que yo no creo en la posibilidad de producir nada bueno y útil, por lo que de momento no puedo dar mi autorización, (…) No voy a negar que preferiría que mi nombre no apareciera en todo esto.”

Sin el aval de Freud, Abraham avanza igual en las negociaciones con Neumann y suma a Hanns Sachs. Estos hicieron un primer bosquejo que a Neumann le pareció tan apasionante que quería convertirlo en una película de larga duración. El director Pabst se destacaba en ese momento como una de las figuras más importantes del cine y los actores eran los más destacados del cine mudo alemán.

Por la realización de la película estallaron controversias en las filas de los psicoanalistas de la época; desde Viena acusaron a los psicoanalistas berlineses de atentar contra la reputación del psicoanálisis.

Freud se mantuvo apartado de estas polémicas, aunque se alejó de Abraham y Sachs. Sin embargo se molestó muchísimo cuando el 26 de julio de 1925 en la Revista Time de New York se afirmaba: “cada metro de la película será planeado y examinado por el Dr. Freud”. El padre del psicoanálisis hizo patente su disgusto en cartas a Abraham y Sachs quejándose sobre el proceder de la gente del cine. Y a Sándor Ferenczi le decía que estaba enojado porque la compañía no había podido contenerse de mencionar su nombre; por lo tanto, iba a publicar una rectificación en el periódico vienés Neue Freie Presse (Nueva Prensa Libre) despegándose totalmente de la película.

Contra viento y marea el 24 de marzo de 1926 se estrena “Secretos de un alma". Un film psicoanalítico”. La película fue aclamada por el público y por la crítica cinematográfica; al adquirir la entrada se entregaba un folleto explicativo de 31 páginas acerca de qué era el psicoanálisis, escrito por Sachs. Karl Abraham no pudo ver realizado su proyecto porque falleció el 25 de diciembre de 1925.

Jones, por su parte, relata que vio la película, pero no expresa opinión alguna respecto a ella. Sí destaca que la prensa inglesa aprovechó el impacto para expresarse en contra de Freud: los periódicos ingleses decían que “al no haber conseguido el apoyo de sus teorías entre los círculos profesionales (…) desesperado para publicitar sus ideas entre la población había recurrido a una película”.

No pude enterarme si Freud llegó a ver este film. La película intenta reflejar la curación por medio del tratamiento analítico. Obviamente la película es muda con intertítulos en inglés que explican los conceptos psicoanalíticos; se pone mucho énfasis en mostrar que en la experiencia se trata de la palabra, los sueños, la infancia, los recuerdos, la angustia y el sufrimiento. El diván está en primer plano. Y el éxito terapéutico es total.

Este film sirvió como modelo a la moda que surgiría en Hollywood décadas después. Creo que es fácil de imaginar la fascinación que debe haber generado la película en esa época ya que se trataba de poder “ver” lo que sucedía en el encuentro entre un analista y un analizante. Este enigma sigue vigente hoy en día y es lo que llamamos lo imposible de la transmisión. Ya lo dijo Freud “Mi objeción principal sigue siendo que no me parece posible representar nuestras abstracciones de manera respetable con medios visuales”.

21 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page