Por Nicolás Duarte
El paréntesis, en el título de este artículo, es la única partícula agregada al conocido texto de Sigmund Freud escrito en marzo de 1915, seis meses después del comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Temas de actualidad…“continúa” o su conjugación en tercera persona “continúan” (con tilde), son formas verbales del tiempo presente no dan la consistencia que pretendo abordar. En cambio, temas de actualidad… “continua” (sin tilde), adjetivo, sí viene a describir la persistencia de las guerras. “Continua” abre el interrogante: ¿existe un período en la historia de la humanidad en el que no haya estallado un conflicto bélico o no esté a punto de ocurrir?. “Continua” exige una respuesta que introduzca, al menos: “hubo un tiempo que no”.
En De guerra y muerte, Freud explica que “La Gran Guerra” ha provocado desilusión como consecuencia de dos factores: la ínfima eticidad de los Estados y la brutalidad de los individuos. Asimismo, la Primera Guerra Mundial le permitió ver que la humanidad, contrariamente a lo que se pensaba, nunca había alcanzado un elevado grado de eticidad. Para Freud era importante señalar esto porque se encontraba en una época en la que se proponía estudiar las pulsiones y sus destinos.
Los conflictos bélicos vuelven a ser analizados en: Por qué la guerra? una publicación que recopila un intercambio epistolar entre Albert Einstein y Sigmund Freud de 1932.
El primer párrafo de la carta de Freud es sublime, llamado a responder preguntas capciosas busca el intersticio desde qué lugar hacerlo. El autor prosigue con algunos puntos elaborados en su texto originario de 1915 articulándolos a las preguntas de Einstein. También hipotetiza ciertos factores que hubiesen ayudado a prevenir nuevas guerras como las actividades que promuevan el desarrollo de la cultura o la angustia ante la destrucción masiva como posible barrera. Aunque, lo interesante de este intercambio epistolar es un pasaje en específico por cómo se dieron los eventos posteriormente. Vemos como el analista le advertía al físico que “los medios de destrucción de una guerra futura significaría el exterminio de uno de los contendientes o de ambos”; más que interesante para pensar retrospectivamente cuán importante fue la firma de Einstein, la del mismo hombre que le escribió a Freud urgido de entender la guerra y saber cómo evitarla, en la petición al presidente de los Estados Unidos para la creación de la bomba atómica en 1939.
El psicoanálisis y la guerra se vuelven a encontrar años más tarde de la mano de Jacques Lacan en La psiquiatría inglesa y la guerra. Un escrito anterior a su Discurso en Roma de 1953, elaborado a partir de su experiencia en Inglaterra en 1945, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial. Más allá del trabajo que realizó comentando la práctica psiquiátrica inglesa durante la guerra vemos aparecer una apreciación personal respecto al conflicto: “esta guerra ha demostrado suficientemente que no es de una indocilidad demasiado grande de los individuos de donde vendrán los peligros del porvenir humano”. Probablemente se estaba refiriendo a los desestimados conceptos de “órdenes son órdenes” u “obediencia debida”.
Por otro lado, la palabra porvenir resuena en otro escrito de Lacan. En la Proposición del 9 de octubre sostiene que “nuestro porvenir de mercados comunes encontrará su contrapeso en la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación”. Un fenómeno segregativo que, por ejemplo, se manifestó en el contexto de la Segunda Guerra Mundial a través de la persecución y exterminio de un pueblo en particular. Lacan vuelve al fenómeno de la segregación en Saber, ignorancia, verdad y goce conferencia dada Hospital Sainte-Anne cuando enfatizó: “dentro de poco tiempo, antes de cuatro o cinco años, vamos a estar sumergidos en problemas segregativos a los que estigmatizaremos con el término de racismo”. Por aquel entonces Francia empezaba a recibir inmigrantes provenientes del continente africano dando lugar a discursos racistas y la aparición de grupos extremistas.
¿Cuál es la lectura psicoanalítica que podemos hacer de los sucesos segregativos? Jacques Alain Miller en su curso Extimidad sostiene que: en “el odio al Otro que se conoce a través del racismo es seguro que hay algo más que la agresividad”; con lo que se encuentra uno es con “el odio al goce del Otro”. Un goce que podría estar representado por factores religiosos, hábitos, costumbres, etc. lo inalterable es que se odia la forma en que el Otro goza y que en contextos actuales ese odio puede promover nuevas guerras.
Una actualidad marcada por los conflictos entre: Rusia y Ucrania; Israel y Palestina (o Hamas); la creciente tensión entre Corea del Sur y Corea del Norte las guerras civiles en África subsahariana como por ejemplo en Somalia o Sudán del Sur… para no ser exhaustivos y desestimar finalmente la pregunta inicial.
(Este paréntesis, que perdió su impronta original, fue escrito y reformulado en tres oportunidades. En primer lugar, el original. La segunda vez cuando estaba haciendo las primeras correcciones de la presente nota que coincidieron con las maniobra anti terrorista contra el grupo paramilitar Hezbolá y que traté de incluir como novedad. La tercera reformulación, esta misma, está coincidiendo con el segundo ataque de Irán a Israel con misiles y el nuevo anuncio de respuesta de Israel). (Un nuevo acontecimiento me obliga a abrir este segundo paréntesis para incorporar la nueva noticia en la que Corea del Norte envió 4000 soldados más a Rusia). (Pareciera ser que los paréntesis continuarán apareciendo hasta la fecha de publicación de este artículo: Israel asesina a un líder de Hamas y comienza a circular las cifras de muertes infantiles en la Franja de Gaza divulgadas por Ann Skelton, presidenta del Comité sobre los Derechos del Niño).
Para finalizar con tantos paréntesis y evitar nuevos, se habrán cumplido 109 años del primer texto de Freud y las condiciones son las mismas. Ni los avances culturales o la angustia ante la destrucción masiva son eficientes, el malestar es estructural. A pesar de ello y de las crecientes guerras, vivimos, tal como lo sostiene Lacan en su Seminario 3, con cierta incertidumbre con una “feliz incertidumbre”; estamos rodeados de realidades realmente amenazantes pero que no tomamos en serio o negamos. Mas nos preocupa si Messi llega al siguiente mundial o por qué Micky Rodriguez no toca en el recital de Los Piojos, total calma porque… “lo peor no siempre es seguro”.
Comments