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Oscar Masotta: Encuentro con el psicoanálisis lacaniano en Argentina

Por Ornella Paciello


En Argentina, se le adjudica a Oscar Masotta (1930-1979) la introducción de la lectura de los textos de Jacques Lacan. Fue un hombre que inició su recorrido en la Facultad de Filosofía y Letras, por los caminos del arte y la literatura; hasta que un hito de su vida personal (el fallecimiento de su padre) lo llevó al encuentro con el psicoanálisis. Masotta no era cualquier hombre para esta “misión” (introducir el psicoanálisis lacaniano en nuestro país); su gran recorrido por el campo de la filosofía y la lingüística le permitió acceder a una lectura crítica e intertextual de los escritos de Lacan. Él ya había leído autores que toma Lacan para su enseñanza, entre ellos: Kojève, Heidegger, Jakobson, Benveniste, Sartre, Merleau-Ponty y Lévi- Strauss.


Masotta no era médico, tampoco psicólogo, aun así provocó un “revuelo” en el campo del psicoanálisis enfrentándose a los ideales institucionales de esa época. En aquel momento, cuando el psicoanálisis era pertinencia del campo de la medicina, aparece un “lego”, como decía Freud, cuestionando la formación del analista. “Sus viejos amigos no pueden creerlo. Masotta -el de la crítica literaria, el de la polémica con la revista Sur sobre el peronismo, el organizador de la primera bienal de la historieta, el teórico del happening, el ensayista de Roberto Arlt- se ha convertido en la cabeza visible de una pandilla que polemiza con la izquierda y pretende discutir la “natural” pertenencia del psicoanálisis al campo de la medicina, mediante una revuelta que se apoya en los psicólogos.”(German García, Ed. Paidós; El psicoanálisis y los debates culturales, “Oscar Masotta el hombre sin atributos”.)


En los años 60, Jacques Lacan lo nombra miembro de la Escuela Freudiana de París. Entre 1972 y 1973 transmitió la lectura y enseñanza de Lacan en la facultad de Filosofía y Letras, luego (a causa del golpe de estado) continúa en grupos de estudio privados. Su público iba en creciente aumento. Años después, en 1974, junto con otros intelectuales de su época, Masotta funda la Escuela Freudiana de Buenos Aires, en un momento donde el exilio era inminente en su vida. Obligado a salir del país, se establece primero en Inglaterra para luego quedarse definitivamente hasta su muerte en Barcelona. Lo mueve su deseo por la práctica y transmisión del psicoanálisis. Así es que prosigue sus lecturas sobre Lacan, organiza grupos de estudio, mantiene comunicación epistolar con la Escuela Freudiana Buenos Aires, continúa interviniendo.


Masotta solía decir: “Cuando enseño trato de explicarme a mí mismo”. La trasmisión del psicoanálisis debería ir en esa dirección siempre, intentar marcar los puntos de interés pero también los lugares que posibilitan preguntas, que no aseguran sino que abren al diálogo e intercambio con otros.


Resaltar al hombre que introdujo la enseñanza de Lacan en Argentina nos permite reflexionar acerca del camino de la historia del psicoanálisis en nuestro país. Hubo representantes como Masotta quienes demostraron, a través de sus lecturas y recorridos, que los textos puedan ser leídos de otra manera. Posibilita también que se formulen interrogaciones, con lecturas críticas que no omiten referencias, ni cierran sentidos conclusivos. Sus lecturas nos recuerdan que no leemos a Lacan por Lacan, no se trata de parafrasear sus frases célebres, sino de reconocer que, para ir al encuentro con sus textos, no podemos desconocer sus referencias a otros campos de saberes que interpelan y acompañan la formación de quienes somos practicantes del psicoanálisis.






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