top of page

Clase 6: Relaciones del sujeto con lo real

  • Foto del escritor: apsftigre
    apsftigre
  • 13 jun
  • 3 Min. de lectura
ree

Enseñante: Augusto Pfeifer

Comenta: Verónica Ortiz


Reseña de la clase 6: “Relaciones del sujeto con lo real”

Por Augusto Pfeifer

​​​

“Relaciones del sujeto con lo real” fue el título que nos orientó en la 6ta clase del Seminario Anual de la APSaT. Tomamos un eje propuesto en el punto seis del segundo apartado de la “Dirección de la cura…”, cuando son considerados los momentos que hacen a la instalación del dispositivo analítico: “según un proceso que va de la rectificación de las relaciones del sujeto con lo real, hasta el desarrollo de la transferencia, y luego a la interpretación, donde se sitúa el horizonte en el que se entregaron a Freud los descubrimientos más fundamentales.”Se trata de una rectificación que supone el campo de la interpretación, pero que tiene la función de hacerlo entrar en la cura. A partir de ello todo lo que diga deberá ser impuesto como constitutivo del sujeto, más allá de todos los hechos objetivos que relate: todo hecho será discursivo. Entonces, se pasará de ‘una’ verdad inicial -la queja hacia el Otro, bajo sus diferentes formas-, hacia la consideración de ‘los’ efectos de verdad que ese relato tiene sobre el sujeto; y desde allí, hacia un saber que muestre las alienaciones desde las cuales el sujeto se sostiene, sin saberlo: esos S1 que cristalizan sentidos, pero también modos de gozar.Tomamos algunas orientaciones freudianas que podemos encontrar en “Sobre la iniciación del tratamiento” (1913): desde las premisas necesarias para decidir si un paciente es apto para el psicoanálisis, pasando por la posición del analista en este particular tiempo de la experiencia, hacia las sospechas que ciertas modalidades de demanda de tratamiento instauran en el practicante.La “Dirección de la cura…” impone de forma regular el cuestionamiento del lugar del analista ordenado por la relación dual, que “hace de ella el ideal de su acción”. ¿Qué efectos suponen estas advertencias sobre la noción transferencia? Lacan dice que ésta “se convierte en la seguridad del analista” (porque se posiciona como modelo a seguir: ése que pasó por la burocracia del análisis didáctico tiene la autoridad moral para proponer un horizonte de tratamiento). Interesa esto porque no se trata de que no haya asimetría, sino de cómo se orienta un análisis, por fuera de la sugestión. 

¿Y la “relación con lo real”? Esa relación queda definida como el “terreno donde se decide el combate”. Según los postfreudianos, la transferencia deberá ser reducida, para que luego pueda emerger la interpretación. Lacan dice que si perdemos de vista la transferencia, considerándola un problema, perdemos el camino. No es casual que en este momento (años ‘50/‘60) se imponga en algunos la idea de la contratransferencia. 

Entonces, lo que Lacan está planteando es que el poder de sugestión que da la transferencia, se utiliza para  comenzar el combate en lo real; en la clase tomamos unas notas introducidas en el texto (21 y 22) para poner sobre el banquillo el lenguaje de estos analistas: “pregenitales, genitales”, “el reforzamiento del yo y su método”, “la distancia del objeto como principio del método de la cura”, “reeducación emocional”,“lo que importa no es tanto lo que el analista dice sino como lo que es”.Con “Introducción al método psicoanalítico” de J.A. Miller ubicamos los matices que “lo real” en la época de “La dirección de la cura…” impone según el contexto, al punto que señala: “Creo que está más de acuerdo con el futuro de su enseñanza decir que Lacan habla de introducir al paciente en una primera localización de su posición en lo real”.Con “Perturbar la defensa” -clase del Curso de Miller “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”- ubicamos la orientación que podemos leer en el ‘último’ Lacan: “Se trata de una dirección de la cura que privilegia lo real sobre el semblante, pero es preciso que se haga de la buena manera, que es mucho más difícil de circunscribir que la mala”.La transferencia negativa aparece así como efecto de “perturbar la defensa de la mala manera”. Y el concepto de defensa “califica de manera efectiva la relación subjetiva con lo real”; “este término tradujo de entrada el sentimiento del analista de tener relación en lo simbólico con una vacuola que aísla lo real”: rodea entonces la relación inaugural del sujeto con lo real. Miller señala que efectivamente Freud califica a la defensa como una relación con la pulsión, sobre la cual la interpretación encuentra sus impasses. Interesa, sin embargo, registrar el movimiento de la operación lacaniana en sus primeros tiempos: sancionar el descuido de “la interpretación para preferir una relación directa con la pulsión, donde desaparece toda sospecha de verdad”. La primera enseñanza reestablece -en esta línea- el valor de la interpretación y del semblante.


Comentarios


bottom of page