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Seminario 2024: Clase 16

Foto del escritor: apsftigreapsftigre

Actualizado: 26 dic 2024

La experiencia analítica: entre deseo y goce

A cargo de Verónica Rios

Comenta: Félix Chiaramonte




Se trata de considerar los efectos para la conceptualización de la experiencia analítica, a partir de las consideraciones de Lacan en este momento de su enseñanza. Estuvimos recorriendo  en estos dos años 2023-2024 un seminario que tendrá conclusiones en el inmediatamente posterior,  “El reverso del psicoanálisis”. Seguimos las construcciones que realiza Lacan. Para comenzar en su primera clase, escribe: “La esencia de la teoría analítica es un discurso sin palabras”. Cuando Lacan evoca un discurso sin palabras, se refiere a un discurso escrito y llama a eso la esencia de la teoría analítica, de la teoría de la práctica analítica, a eso apunta, a los efectos en tanto se trata de un discurso que tenga consecuencias.

Así pensamos los efectos de lo simbólico en lo real. Miller, en “Iluminaciones profanas” una -cartografía de lectura para este seminario-, pone en tensión un Lacan contra Lacan, se verifican las consecuencias de aquello que el discurso suscita en lo real. Es lo que llamamos la estructura, es decir el saber como causa. En esa dirección resulta interesante que Lacan número 2 al definir la estructura como real y no como simbólica le haya hecho una diablura a Lacan número 1: resulta que Lacan número 2 considera absurdo que la estructura sea otra cosa que real. Hay que recordar el dominio de lo simbólico de los años ‘50, en tensión con las elaboraciones de los ‘70.

Este seminario marca la transición en que se abandona la creencia en la consistencia del significante para desplazarla del lado del objeto. El sujeto barrado es inasible como tal. En cambio el objeto no es inasible: es asible en el fantasma, se desnuda en la perversión, y se reviste de la envoltura simbólico - imaginaria en el amor cortés. Vemos como si tuviéramos dos presentaciones del objeto, por el lado del amor y por el lado de las condiciones de goce en las neurosis y, voluntad de goce en las perversiones.

En la “Clínica de la perversión”, una clase que está en el apartado “El goce y su campo”. La perversión es definida por la restauración del objeto en el campo del Otro. Lacan dice -en lo que parece un Lacan contra Lacan-, cito: “Hoy intentaré cuan alejado permaneció hasta mí enseñanza el psicoanálisis cierto punto vivo que formuló en todas partes la experiencia precedente”. Y agrega, “Se trata de la función del objeto a”. Lacan orienta que, es desde el objeto, desde ahí que va avanzar en tanto se trata de la falta de un significante en el Otro. Este es el significante por el cual aparece la profunda incompletud de lo que se produce como lugar del Otro, y agrega que, el lugar del Otro evacuado del goce no es tan solo lugar limpio sino que, en sí mismo, está estructurado por la incidencia del significante. Esto es precisamente lo que introduce esa falta, esta barra, este agujero que se distingue con el título de objeto a. Se trata según Miller, de una compleja elaboración para dar forma lógica a la introducción del campo del goce en el campo del Otro, de hacer del goce una función, llamada plus de goce, y acordarle estructura lógica.

En una disertación de Germán García con el título, “No hay regulación política del goce” (2001), comienza comentando al ensayista Louis Marín en su libro “Utópicas, juego de espacios”. Señala que este libro es un estudio muy detallado de la articulación de la utopía como estructura discursiva, más que política. En cuanto a los ideales utópicos como los ideales de la justicia distributiva, García señala, cómo el reverso de esos ideales siempre apunta a una dimensión de goce. Va a tomar a Fourier y a Sade, también a Marx. Expone en tensión a dos fabricantes de instituciones, dos utopistas; la utopía del goce absoluto en Sade y la utopía de la felicidad absoluta en Fourier.

 

 





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