Clase 8: La pirámide de la transferencia
- apsftigre
- 2 ago
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Actualizado: 11 sept

Enseñante: Myriam Leguizamon
Comenta: Camila Musura
En la clase 8 del Seminario 2025 titulada “La pirámide de la transferencia” ubicamos lo que Lacan dice en el texto “La dirección de la cura y los principios de su poder”, en relación a cómo era abordada y conceptualizada la transferencia por los post freudianos. Para explicar lo que él considera errores, Lacan construye una pirámide, ubicando en un vértice al genetismo, en el otro la relación de objeto y en el último la introyección intersubjetiva.
En relación al genetismo señala y cuestiona la teoría y práctica de Anna Freud denunciando que si bien ella parte de una noción legítima de la doctrina freudiana (la parte inconsciente del yo) plantea la transferencia como algo que depende del desarrollo madurativo, del desarrollo de la inteligencia (Piaget), constituyendo una práctica clínica que se vale de la observación directa del niño y el análisis de las defensas. También le critica que se refiere a los mecanismos de defensa como patterns es decir patrones repetitivos, sistemáticos y ordenados tanto en su estructura como en su cronología dentro del desarrollo psíquico. “Desconoce Anna Freud de ese modo la discordia de los instintos de vida y muerte que ella decora con el calificativo pretensioso de “económico” mostrando que está en contradicción completa con el pensamiento de Freud”. La idea subyacente es que la pulsión es controlable por el Yo, siendo el análisis una especie de domesticación de las pulsiones.
La segunda teoría que ubica en el otro vértice de la pirámide es la de los exponentes de la relación de objeto. La señala como menos degradada, rescata a su representante Abraham, pero le interesa señalar lo que se hurta de la transferencia en sus teorizaciones. Destaca entonces que para la corriente de la relación de objeto la idea de la transferencia consiste en tomar al analista como representante de una cierta relación de objeto. “En la transferencia, el enfermo revive en el médico sentimientos, deseos, expectativas y actitudes que en otro tiempo estuvieron dirigidos hacia sus padres o personas significativas de la infancia.” Así como en el genetismo estaba la idea de evolución del Yo, en este movimiento se trata de la idea de la evolución del objeto, que pasaría de la perversión polimorfa del niño -como registro de los objetos parciales- al amor adulto entendido como registro del objeto como totalidad. Dice Lacan, “Abraham desprende de la transferencia (…) la capacidad de amar como si fuese éste un dato constitucional en el enfermo dónde puede leerse el grado de su curabilidad y especialmente el único dónde fracasaría el tratamiento de las psicosis” Lacan utiliza expresiones irónicas para referirse a la idea de la maduración del objeto “esta concepción ectoplasmática del objeto muestra pronto sus peligros degradándose en una dicotomía grosera que se formula oponiendo el carácter pre genital al carácter genital.”
En el tercer vértice de la pirámide esta la introyección intersubjetiva es decir la Escuela Húngara con Ferenczi y Balint y será abordado en la clase 9 del seminario.
Tomamos una cita de Germán García en “La pedagogía pervertida” Pág. 11
“La historia del psicoanálisis muestra que la cultura (…) incide sobre la práctica que se realiza en su nombre. La temprana traducción de Sigmund Freud al castellano, operación llevada a cabo por López Ballesteros, se realizó bajo la aureola de un atentado laico contra los valores religiosos. Luego, se desarrolla un psicoanálisis comprometido con una psiquiatría biológica. Por último, una psicología dinámica obsesionada por la conducta. Dentro de estas coordenadas el psicoanálisis de niños casi no existe, (está) excluido por la alianza de la psicología con la pediatría”.
Me interesó ubicar cómo la “cultura” incidió en el psicoanálisis y sobre la práctica que se realizaba en su nombre en esa época a través de las historias de vida de Anna Freud- representante de La psicología del yo- y Melanie Klein -representante de la Escuela de la relación de objeto- en el momento del debate, verdadero combate, donde la Sociedad británica de Psicoanálisis quedó partida en dos y quedó en peligro de desaparecer.
Ambas autoras desarrollaron sus trabajos en el marco de un gran cambio social y cultural. Sus vidas y su práctica, y el psicoanálisis en general, se vieron profundamente afectadas por los eventos políticos y sociales que marcaron Europa en el siglo XX. Las dos guerras mundiales, el antisemitismo y la creciente industrialización del siglo cambiaron la forma en que las sociedades occidentales abordaban la crianza de los niños, la salud mental y la educación.
El tema que analiza y cuestiona Lacan es que estas teorías toman parcialmente la transferencia freudiana. En ese sentido podemos decir que Anna Freud, en alianza -como dice García- con la pedagogía y la educación- plantea una teoría y práctica del psicoanálisis con niños en la cual establece que los niños necesitan un período de tiempo para que se instale la transferencia, negando de este modo la existencia de una genuina transferencia en los niños pequeños por estar aún ligados a sus padres. La acción del analista se deberá enfocar según ella al fortalecimiento del Yo inmaduro y el establecimiento de un Superyo armónico a través de acciones educativas o de apoyo.
Melanie Klein en alianza con la relación de objeto plantea que la transferencia no se limita a las figuras parentales reales (como en Freud), sino que se construye sobre las relaciones con los objetos internos tempranos, formados en los primeros meses de vida y establece una técnica basada en el juego como medio para evitar la angustia ligada a la palabra y posibilitando una interpretación.
Lacan es contundente en relación a la transferencia en dicha pirámide dice “hay un defecto central y es que ninguna de esas tres teorías, el genetismo, la relación de objeto y la introyección intersubjetiva toma como punto de partida en la experiencia analítica el hecho de que se funda en la palabra”. El psicoanálisis toma como punto de partida la relación del sujeto al significante. La transferencia es significante, afirmará.






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