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Clase 1 - Las vueltas de Lacan - a cargo de Félix Chiaramonte

Reseñado por Verónica Rios

Con el título “Las vueltas de Lacan” el 18 de marzo de 2022 en la sede de Montes de Oca 442 Tigre, Félix Chiaramonte da comienzo –a la primera clase presencial, después de dos años de virtualidad- en el programa del seminario de este año: Lazos sociales. Hechos de discurso.

"Producción de los cuatro discursos", primera clase del Seminario 17, en articulación con otros textos será el recorrido de lectura de la clase. Se trata, para comenzar, de las vueltas de Lacan a partir de los cuatro discursos. La propuesta, señala Félix, implica tener en cuenta el esquema de los cuadrípodos giratorios y las letras que ponen en juego al amo, al saber, al sujeto dividido y al objeto a. Las referencias al contexto político, tanto de actualidad y su historización constituyen esclarecimientos valiosos para entender las vueltas de Lacan. Las vueltas incluyen a la que da cualquier revolución así como también a los lazos sociales, a los retornos de lo reprimido, no solamente a Freud, y es una consigna política porque también están las vueltas a Marx, Hegel, Descartes y Platón.

Chiaramonte anuncia el itinerario a seguir: la dimensión de la verdad, la noción de la pulsión de muerte, el plus de goce, el saber del esclavo, la filosofía del amo, el lugar de la enseñanza de Lacan. Además de algunas menciones a la historización que vuelve tan actual al seminario.

Acerca de esta vuelta sobre la historia y las vueltas de Lacan: "El psicoanálisis al revés", así dice Lacan que debía titular este seminario de 1960-1970. Para contextualizar el retorno a Freud, leyendo a Lacan, Félix ubica que las cosas en realidad no se relacionan directamente con los sucesos recientes del Mayo francés del ’68, donde todo se puso “patas para arriba”. Lacan hace recordar a su auditorio que había escrito en 1966 algo acerca de volver a tomar el proyecto freudiano al revés. Ese texto está en Escritos, y es "De nuestros antecedentes", es decir, escrito mucho antes de los acontecimientos recientes. En el acápite de este texto escribió Lacan: “Al producir ahora, por una vuelta atrás los trabajos de nuestra entrada en el psicoanálisis, recordaremos desde dónde se hizo esta entrada” y continúa: “Un trayecto que va desde el caso Aimée, su reconocimiento a Clérambault, verse conducido a Freud por la fidelidad a la envoltura formal del síntoma, esa verdadera huella clínica. La experiencia del sujeto como única materia en la cual confiar.”

La clase continuará con el acento en la estructura siguiendo a Lacan y ubicando su relación con el efecto sujeto; “Es que lo que se pone en juego, lo que se produce por la relación de un significante con otro significante. Es de ahí que resulta el sujeto causado por el significante.”

Lacan hace referencia al año anterior cuando hablaba de la exterioridad del significante S1 y de sus efectos: el S1 es “del que parte nuestra definición de discurso”, y agrega que “con respecto a un círculo marcado con la sigla A, es decir el campo del Gran Otro. Pero, simplificando, consideramos S1, y la batería de los significantes, designada por el signo S2". De ahí lo que sigue es que S1 es el que interviene sobre esa red que es el saber.

Chiaramonte invita a dejar por un momento el Seminario 17, justamente para retomar el año anterior tanto para J. Lacan, con el Seminario 16 De un Otro al otro, como en la actualidad de APSaT. Retomará una vuelta por el año pasado cuyo recorrido de lectura fue el seminario de La ética. Hay varias cosas destacables y coincidentes con esta anterioridad. Se trata de “El acontecimiento Freud”, título de un capítulo en que Lacan rememora el seminario de La ética. No es casualidad que este 2022 continuemos teniendo en cuenta que en el Seminario 16, un 26 de febrero de 1969, donde Lacan retoma la pregunta ¿qué es un autor?, lo que le interesa es que Michel Foucault puso a la cabeza de toda su articulación la función de “retorno a”, cuestión que lo convoca al mismo Lacan.

Lacan sostenía allí lo siguiente: “…anuncié de entrada que el acontecimiento Freud mostró que el punto clave, el centro de la ética, no es otro que lo que sostuve entonces con el último término de esas tres referencias esas categorías de las que hice partir todo mi discurso, a saber, lo simbólico, lo imaginario y lo real” y continúa en la página 175 del Seminario 16, otra cita textual, que permite dilucidar el peso que tiene lo real en la enseñanza de Lacan, dice así: “En la medida que lo real no es de fácil acceso, si puede decirse así, constituye para nosotros la referencia en torno de la cual debe girar el problema de la ética”.

Lo que a continuación plantea Lacan y lo relaciona directamente con la revisión del problema de la ética es la aparición de la Teoría de las ficciones -recopilación de Ogden de los trabajos de Jeremy Bentham-, porque pone en tela de juicio lo que atañe a todas la instituciones humanas. En definitiva, lo que plantea es que la verdad tiene estructura de ficción, a condición de entender el término “ficción” no como algo ilusorio o engañoso, sino recubriendo precisamente lo que subraya como la verdad. Para Lacan “Este es el comienzo esencial que permite platear como tal la cuestión de la ética, porque es preciso acomodarse a todas las diversidades de la cultura.”

Acerca de las llamadas “relaciones sociales” dice Lacan que: “Esto supone una posición tomada respecto de este carácter de ficción, en la medida que afecta a toda articulación fundadora del discurso en lo que se puede llamar, en líneas generales, las relaciones sociales. Este punto solo se alcanza a partir de cierto límite”. Para seguir las consecuencias del acontecimiento Freud, denominado así por J. Lacan, destaca de esta manera la ejemplaridad de su descubrimiento de la función del inconsciente.

De vuelta al Seminario 17, Lacan va a continuar con las letras y sus designaciones. Está el S1, el S2 campo estructurado del saber, y su supuesto, el sujeto, cabe distinguir que en cuanto sujeto supuesto, efecto de la cadena significante y “en tanto representa este rasgo específico que debe distinguirse del individuo viviente. Dice Lacan que lo que introduce el saber es de otro orden, recuerda que el año anterior llamó saber al goce del Otro.

En De un Otro al otro, destaca ese pequeño otro que designa como objeto a, que introduce algo de álgebra, de estructura significante. ¿Cómo opera? y, ¿Si damos un cuarto de vuelta? Cada cuarto de vuelta nos permite acceder a la lectura de una nueva estructura, se trata de cuatro estructuras.

Cuando interviene el S1 en el campo de los significantes surge el sujeto dividido. Pero además, en ese trayecto hay una pérdida, el objeto a. A continuación, Lacan explica que esa función del objeto perdido existe por el discurso de Freud, que verificamos por la repetición en el ser que habla, y que esa repetición no tiene nada que ver con ninguna memoria sino con un saber que está en el límite y se llama goce.

Así explica Chiaramonte las vueltas de Lacan. No sin mencionar “el problema de la ambigüedad que tiene en la estupidez psicoanalítica la palabra trieb, traducida por instinto. Posteriormente Lacan dirá que traducirla por pulsión es una solución desesperada, que drive , en inglés, no está mal. Germán García sostenía que la palabra deriva sea tal vez más ajustada al concepto freudiano.

Lacan aborda la cuestión de la interpretación, dice que la interpretación va en contra del sentido común del término interpretación. Así como interpreta los lugares en donde se enseña, antes estaba en la Escuela Normal Superior, que por tener esas iniciales ENS, le hace resonar respecto de “ente” y de “enseñar”. En ese año dicta el Seminario 17 en la Facultad de Derecho. Refiere que ese año se trata de tomar el psicoanálisis al revés, darle su estatuto en el sentido jurídico y que eso tiene relación con la estructura de discurso. Lacan no aceptó ese lugar por casualidad.

En esta primera clase en Tigre, Chiaramonte nos dice que, tal vez, la elección que hicimos desde APSaT tampoco sea casual. Mientras nos damos un estatuto, más nos consolidamos y más apertura tenemos respecto de los distintos ámbitos de nuestras ciudades San Fernando y Tigre. El comercio, la industria, el turismo, los deportes y la producción cultural caracterizan a estos lugares. Tigre supo tener por sus tierras, sus islas y sus ríos a Sarmiento, a Lugones, a Rodolfo Walsh. Y tanto San Fernando como Tigre están en las páginas de Miserere, última gran novela de Germán García.

La clase continuará con la lectura de tres textos sumamente oportunos para abordar este momento de la enseñanza de J. Lacan. Los cito para luego hacer algunas extracciones que permitan reseñar el espíritu que anima a continuar, no sin la incomprensión, el síntoma y la verdad.

Los textos son en orden de presentación: "De la incomprensión y otros temas", conferencia de Lacan publicada en Hablo a las paredes, luego "Psicoanálisis y Sociedad" de J. Alain Miller, que se puede encontrar en la web. Y de Germán García "¿Existe el discurso capitalista? Incertidumbre y responsabilidad" (archivo Germán García en www.descartes.org.ar ).

Las preguntas que nos hacemos son:

¿Vamos entendiendo lo que vamos leyendo? , ¿La incomprensión de Lacan es su síntoma? Ésta última es una pregunta que se realiza en 1971. Lo esencial, dice, es saber si la incomprensión de que se trata es un síntoma. Y es que se verifica que la palabra no es incomprendida absolutamente. Y dice algo que tiene todo su peso; “No todos los analistas saben la equivalencia de un síntoma en cuanto a su valor de verdad.”

En su conferencia "De la incomprensión y otros temas", Lacan se plantea lo siguiente: ¿La incomprensión psicoanalítica es un síntoma? Y ¿la incomprensión de Lacan es un síntoma? Y ubica una tercera pregunta: ¿La incomprensión de las matemáticas es un síntoma? Estas preguntas fueron desarrolladas en la clase. De la incomprensión de la matemática dice Lacan “Que los sujetos que sufren de incomprensión matemática esperan de la verdad más que la reducción a estos valores que se llaman deductivos, al menos en los primeros pasos de las matemáticas”, es decir, el sujeto estaría esperando otra cosa que esa deducción matemática.

Lacan considera que el campo constituido por lalengua constituye la clave de la incomprensión y es precisamente lo que nos permite excluir cualquier psicología. En la página 67 refiere que “Los campos de los que se trata están constituidos por lo real, tan real como el pez torpedo y el dedo del inocente que acaba de tocarlo. El matema, aunque lo abordemos por la vía de lo simbólico, no deja de ser real”.

Chiaramonte afirma que en esta conferencia de 1971, Lacan habla de los cuatro discursos, y dice que no son discursos históricos, no son mitológicos, no hay nostalgia. Y retomando la lectura define los registros y la estructura: “Esos cuatro discursos constituyen de manera tangible algo real. En esa relación de frontera entre lo simbólico y lo real, ahí vivimos, viene al caso decirlo”.

Lacan va comentando que el discurso del amo se mantiene todavía y más aún, aclara que si hubiera querido lo podría haber usado para su popularidad. Dice que con una pequeña vueltita en alguna parte se lo convierte en el discurso del capitalista –punto que será debatible con las consideraciones de Germán García - , con la salvedad de que ese hipotético discurso embauca más y funciona mejor. Pero de todos modos no nos damos cuenta, así como el discurso universitario en donde estaban “metidos hasta el cuello, creyendo que provocaban la conmoción del Mayo francés”.

Menciona, por último, al discurso histérico y lo iguala al discurso científico. Lo que para él es seguro es que pudo articularlos en una especie de matema solamente porque surgió el discurso analítico.

Después de estos pasajes por la conferencia de 1971, la clase continúa con un recorrido acerca de la relación del saber y el goce de El reverso del psicoanálisis: “Una vez surgido el S1, primer tiempo, se repite ante S2. De esta puesta en relación surge el sujeto, representado por algo, por cierta pérdida”, que es lo que implica al plus de goce, así llama a ese objeto. “Eso significa que la pérdida del objeto es también la hiancia, el agujero que se abre a algo que no se sabe si es la representación de la falta de goce (…)” y agrega que esa relación con el goce se acentúa por esa función virtual, que se llama deseo y por esa razón llama plus de goce a lo que surge de allí.

En el otro capítulo seleccionado del Seminario 17, al que dice Chiaramonte que podríamos titular “Acerca de la revolución”, "Analiticón", la pregunta provocadora de Lacan es: ¿Para qué sirven ustedes? La discusión se arma entre Lacan como invitado y unos estudiantes que quieren la revolución y critican el psicoanálisis. En cuanto lo dejan hablar Lacan dice: “Se trata de articular una lógica, que por muy débil que parezca mis cuatro letritas, que parecen poca cosa, pero hay que saber según qué reglas funcionan, es aun lo bastante fuerte para implicar lo que constituye el signo de esa fuerza lógica, a saber la incompletud.”

Provoca a los estudiantes que están agitando una protesta diciéndoles que se cuiden de no hacerse el chocolate ellos mismos –es como cuando uno dice “la estás contando, la estás vendiendo y te la estás comprando”-así como también los iba ilustrando sobre cómo lo que reinaba en la URSS era la universidad, o cuando les espeta que toda revolución pide un amo y que finalmente lo tendrán.

El final es digno de leerse, subraya el enseñante, ellos estaban discutiendo la coyuntura y Lacan hablaba de la estructura, entonces a partir de ahí es el malentendido y la posibilidad de hacer un debate en Vincennes.

Continúa Félix con una lectura de Miller: "Psicoanálisis y sociedad", un artículo muy elaborado acerca de los discursos, del lazo social, de la relación con la religión, no solo por parte de Lacan, sino también por parte del psicoanálisis. También destaca varias otras cuestiones que tiene que ver con las instituciones y con la política del psicoanálisis, incluso de cómo entender la sociedad, esa ilusión del todo.

Este comentario tiene incidencia acerca de cómo nosotros entendemos lo que es el lugar del analista, no es el lugar vacío. Eric Laurent, en Psicoanálisis y Salud mental, lo dice muy claramente: que estaba el analista vacío, pero es el momento del analista ciudadano, el analista que interviene en los asuntos públicos. Ahora bien, el problema que acá Miller plantea es “Psicoanálisis y sociedad”, y habla de los lazos sociales. Se propone interrogar el discurso analítico por un lado y la sociedad por otro. El asunto es que la sociedad le parece un concepto dudoso, que es una ilusión y esa ilusión se descompone por los lazos sociales. Por eso nosotros titulamos "lazos sociales" y por eso además tal vez, creo que lo hemos resaltado Germán García hablaba de lazos sociales para no entrar en una cuestión prácticamente mítica de “el lazo social” o de “la sociedad”. Lógicamente hablamos en esos términos en la medida que sepamos que es una ilusión. Para Lacan no existe lo igualitario, existe el lazo social, del cual Miller con un neologismo nombra el lazo dominial, ubicando que se trata de lazos de dominio.

Para concluir "¿Existe un discurso capitalista? Incertidumbre y responsabilidad", de Germán García, va explicar lo controvertido de pensar en un discurso capitalista.

El autor pone en cuestión qué relación existiría entre el plus de gozar y la plusvalía. Asimismo plantea que el psicoanálisis no es un holismo. Lo que va a plantear junto con Jon Elster es que hay que rechazar en la metodología marxista algo que tampoco vale para las concepciones del psicoanálisis. A saber: 1) El holismo metodológico (la vida social como irreductible a quienes la componen), 2) La explicación funcional que explica los fenómenos según las consecuencias, sin tener en cuenta la 'intención' (deseo del agente), 3) La deducción dialéctica que excluye lo real al homologarlo a lo racional discursivo.” En resumen, aclara Germán García “Ni holismo de los discursos, ni explicación funcional de las consecuencias (si tuvo un accidente quería morir), ni generalización dialéctica de la singularidad clínica”.


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