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Clase 13 - Las variaciones de la vergüenza - a cargo de Virginia Gilardi

Foto del escritor: apsftigreapsftigre

Reseña a cargo de Ornella Paciello

Virginia Gilardi abre la clase haciendo alusión a la última clase del Seminario 17 de Lacan, titulada “El poder de los imposibles”. Comienza haciendo referencia a ciertos términos que destaca y escribe en el pizarrón como guía para el desarrollo de su clase:

  • Vergüenza

  • Morir de vergüenza

  • Vergonzontología

  • El poder de los imposibles

  • Variaciones de la vergüenza.

Sugiere que el recorrido de la clase se establecerá en función de las palabras anteriormente citadas y las resonancias de las mismas. Subraya que en el horizonte de este capítulo subyace una lectura especialmente ligada a la enseñanza de Lacan. Rescata sobre este punto a quién dirige Lacan su Seminario: los estudiantes universitarios y los analistas, teniendo en cuenta la tensión entre ambos grupos.

Gilardi toma para comenzar un párrafo al inicio del capítulo citado del Seminario, donde se anuncia uno de los primeros términos que destacó en el pizarrón: “morir de vergüenza”. Establece esta frase como un signo y luego la diferencia con el significante donde, a diferencia del primero hay deslizamiento y no obedece a un único significado. Utiliza la palabra obsceno para hablar del significante vergüenza.

Continúa , con una cita del libro de Colette Soler: Los afectos Lacanianos. Destaca ciertos párrafos donde la autora toma la vergüenza como un afecto que relaciona con el inconsciente y el goce.

A propósito de la diferenciación anteriormente expuesta sobre signo y significante dice que el signo “morir de vergüenza” desciende de un significante. Entonces se entendería esta frase como degeneración del significante, fracaso del significante.

Gilardi prosigue con el término vergonzotología. Asegura que es un neologismo, y se pregunta sobre la utilidad que podría darle Lacan al mismo. Lo relaciona con la ontología y con el ser del sujeto. Abre el juego a nuevos significantes: vergüenza, honor, honestidad y el registro de lo real, destacando el punto de detenimiento del significante, siendo éste el contrapunto a tener en cuenta entre vergüenza y vergonzontología. Destaca en este punto la presencia y la mirada del otro como lugar donde la palabra se detiene.

Luego continúa con la clase del Seminario 17 y rescata el término bufonada, para lo que puede considerarse en la enseñanza: algo fútil, que implicaría no tomarlo seriamente y reducirlo a lo fácil. Entonces Gilardi se pregunta: ¿Morir de vergüenza o caer en la bufonada?

Para seguir en la interlocución de los textos elegidos para la clase, vuelve sobre el texto de Colette Soler. Destaca la vergüenza como un afecto complejo y conectado con lo real. La vergüenza revela un rasgo del ser, algo que se quiere resguardar, que no se quiere revelar, ligado al goce del cuerpo en relación con el inconsciente y que lo diferencia del yo.

Ubica la vergüenza como una noción específica que sería propia del estado del discurso universitario del momento y que podría denominarse “vergüenza por vivir”. Implicaría que los universitarios se resguardan en el saber.

En el Seminario 17 Lacan cuestiona las unidades de valor del discurso universitario, y se pregunta: ¿en qué sentido se mueve este discurso? En el discurso universitario el significante amo -S1- deja el lugar del agente al S2 que ocupa el lugar del saber. Se produce una degeneración del significante amo.

Hacia el final de la clase recurre al texto de Lacan, Mi enseñanza. Gilardi tomó el capítulo titulado “Mi enseñanza, su naturaleza y sus fines” y ubica algunos señalamientos. Resalta que a lo largo de todo este texto Lacan intenta dar cuenta de lo que se propone para su enseñanza. Pone de relevo al público a quien se dirige, analistas y universitarios, al mismo tiempo que contextualiza su enseñanza, destacando el tinte político del mismo. Los párrafos señalados se orientaron en función de este objetivo. Por otro lado también ubica la función de los Escritos, la forma en que fueron pensados para tal fin. En este punto destaca que leer, con las dificultades de comprensión implícitas, produce un efecto, interesa. Quizá es un punto a tener en cuenta en la posición que toma Lacan para la transmisión del psicoanálisis. Se resalta el interés de Lacan por formalizar su enseñanza en relación con la experiencia analítica.

Al finalizar la clase, y luego del intercambio de los participantes, Gilardi deja pendiente para ser retomado en próximo encuentro el texto de Germán García, D` Escolar, el capítulo denominado: “Política y psicoanálisis”. Cierra con una cita del texto: “Al hablar del reverso del psicoanálisis se plantea la cuestión del lugar que tiene el psicoanálisis en lo político” -en alusión al contexto social y político del dictado de este Seminario-.

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