Germán García BRICOLAGE
Germán Leopoldo García BRICOLAGE
Por Verónica Ortiz
Más abajo publicamos una biografía que puede hallarse con un clic al escribir su nombre. Hechos, fechas, fundaciones, reconocimientos. Lo primero con lo que se topa alguien que desea saber quién fue Germán García.
Pero, al concebir la histeria como hysteria, Jacques Lacan nos ha dejado como enseñanza que una biografía no es sino una byografía. La biografía -en tanto que narración completa de la vida de alguien- es imposible, porque el deseo de aquel que es “narrado” implica necesariamente una opacidad que se resiste a la plena iluminación. La y griega está en el lugar de lo que escapa debido a que, por estructura, no podemos narrar el deseo. Sí podemos, tal vez, apuntar a él, deducirlo a posteriori a partir de ciertos actos. Es así que J.-A. Alain Miller, al recordar a Jacques Lacan, prefería escribir una vida.
“[…] rogamos a los lectores, y es que si no las referimos todas, ni aun nos detenemos con demasiada prolijidad en cada una de las más celebradas, sino que cortamos y suprimimos una gran parte, no por eso nos censuren y nos reprendan. Porque no escribimos historias sino vidas.”
Vidas célebres- Alejandro y César
Plutarco
P
Germán Leopoldo García nació en la ciudad de Junín en 1944 y se radicó en Buenos Aires en 1961...
¿Quién fue para nosotros Germán García? Para todos nosotros, un maestro. Para algunos, también su analista. Como asesor permanente tanto en la Delegación San Fernando del Instituto Oscar Masotta como de la APSaT, disertó en varias oportunidades en la biblioteca de San Fernando, en la de Tigre, en la sede San Isidro del Colegio de Psicólogos, en el Centro Universitario Tigre y se sentó a la mesa en nuestros bares, clubs, restaurantes o en nuestra sede para brindar una vez concluidos los eventos. Lúcido, pícaro, maestro del Witz, erudito de la vida, conversador, iniciador de debates a toda hora sobre cualquier tema, atento a la política del psicoanálisis y al deseo de cada quien, portador de una palabra distinta para cada uno, una palabra que tocaba algo y despertaba de algún letargo adormecido.
¿Quién fue Germán García, para nosotros? Alguien inenarrable pero que, justamente por eso, nos invita a intentar hacerlo. Al menos, bajo la modalidad del BRICOLAGE.

Encuentros con Germán García *
Por Félix Chiaramonte
Hace unos catorce años lo llamé por teléfono.
A mediados de los ‘80 había leído su crítica a la crítica del psicoanálisis del casi inmortal Bunge, y también lo escuché en una conferencia en San Isidro en los ‘90 cuando expuso las tres razones del nombre Descartes para una nueva Fundación, dentro del Campo Freudiano: por el filósofo francés, un guiño para otros analistas, la pista del seudónimo de Juan Domingo Perón en artículos periodísticos, y finalmente, si la propuesta no tenía éxito , “descartarse”. En el difícil 2002 fui a una charla que dio en la Biblioteca Nacional, así como antes y después funcionó de antídoto para mi fervorosa militancia en algunas clases que daba en la sede de Jean Jaurés.
Mis inquietudes políticas no me dejaban suficiente margen para la práctica que luego sostendría más firmemente. Pero ya sabemos que el tiempo es cuestión de deseo. La política se moría y el amor también, la angustia era un sostén antes de la nada. Una transferencia anticipada de un análisis porvenir metaforizaba una guía que signaría un modo de vida.
Llamé desde la estación Retiro. Contestó sin ambages, con un par de preguntas que incluían el por qué y el para qué, de dónde lo conocía, quién era yo. Apenas pude responder, y porque su interrogación me interpelaba, entendí que ese sujeto que hablaba en mí estaba decidido.
En la segunda entrevista que tuvimos me impresionó la seriedad con que se tomaba palabras que podían pasar por nimias y que su intervención convertía en divinos detalles. Hablamos de la actualidad, quería probar mi sed de justicia social y reivindicaciones varias por un pueblo que aún no entiendo. Conversamos acerca del sintagma “derechos humanos”. Me dijo que también era algo que supo utilizar Estados Unidos, y lo que pude ubicar fueron los años de la presidencia de James Carter, tal vez vitales en mis recuerdos de infancia: 1976-1980. Abrió su notebook para constatar el dato. A continuación proseguimos con elogios y críticas a Perón, siempre con chistes que traslucían lo serio de la cuestión.
Analizarme de mis sintomas neuróticos no ha sido fácil. Pero tal vez no lo es para nadie. No hay recetas. Tomé algunas enseñanzas, como aquella de ser pesimista en el pensamiento y optimista en la acción, parafraseando a Gramsci, y la frase que supo decir una noche luego de una clase: la vida es una novela que termina mal.
Sin embargo sabía cómo ayudar a descubrir lo que cada uno no sabe de sí, con una alegría en la tarea que me supo transmitir, que me llevó a construir con otros una institución analítica para pasar del saber supuesto al saber expuesto, sin encerrarse en el privilegio de las verdades no discutidas y posibilitar, una vez más, una salida singular e independiente.
En la última sesión era mi voz la que preguntaba. Así me reveló anécdotas de un pretérito trabajo como publicista y yo lo conecté con la vocación de mi hijo, me comentó sutilezas de lecturas condensadas en su infinita biblioteca, y terminamos hablando de la historia que, dando giros en un gesto real con sus manos, culminó en un decir : El psicoanálisis y sus vueltas. Así fue el título de una Jornada en Tigre, pero al mismo tiempo una clave del viaje lacaniano con el retorno a Freud, la dialéctica de su enseñanza con Masotta, y un final abierto en la república de las letras , más allá de la muerte.
Cancha rayada
[…] “Le dije escuchá querida. Y me largué: la oveja bala, la abeja zumba, el águila trompetea, el antílope zumba, el becerro berrea, el búho ronca y ayea, el caballo relincha y bufa, la cabra bala, el camello gruñe y ruge, el canario trina y gorjea, el cerdo gruñe y rasguña, el ciervo bala y brama, la cigüeña crotora, el cisne grazna, el cocodrilo gime y ruge, la codorniz crotora, el conejo chilla, el cuervo grazna y crascita, el elefante barrita, la foca ladra y muge, la gallina cacarea, el ganso grazna, el gato maúlla y mía- la apreté y rió-, el gavilán chilla y la golondrina chirría mientras una grulla grulle y la hiena aúlla seguida del jabalí que rebudia y un lagarto que silba (la tenía, la sentía). Un león ruge mientras la liebre chilla seguida de un lobo que aúlla y ulula, mientras el mono chilla y castañea cerca de un loro que vocea y chilla (la besé).
Una paloma arrulla y zurea mirando a la pantera que himpla, escuchando al pato que parpa, la perdiz que cuchichía y ajea, el perro que aúlla y ladra, el puerco espín que gruñe, el puma que ruge, la rana que croa, la rata que chilla, el rinoceronte que chilla y barrita, el ruiseñor que trina, la serpiente que silba, el tigre que brama, la tórtola que arrulla, la vaca que muge, el zorro que ladra como un perro y un toro que brama, bufa y muge.
Qué concierto- dice. La paloma sos vos digo, pero igual me saca la mano del escote y no tengo más repertorio.”
"Reducir a un pseudotecnicismo cosas que no son ningún tecnicismo sino posiciones éticas, subjetivas tomadas y disfrazadas es una trampa. El asunto es qué hacer, qué queremos hacer, cómo lo hacemos, qué resultados tiene y cómo verificamos esos resultados."
(Extracto de la conferencia "¿Qué hacemos cuando hacemos psicoanálisis?")
Gombrowicz- El estilo y la heráldica
[De la contratapa] […] “Si este libro provocara una lectura de Witold Gombrowicz y, a su vez, se volviese olvidable, habría cumplido su fin (como esos sueños que son vigilia del dormir y se olvidan por completo al despertar). Mientras tanto, quisiera ser un libro entretenido y sugerente, escrito por alguien que desde hace muchos años ama la lectura de Witold Gombrowicz y simpatiza con sus lectores.”

Germán García en Jornadas APSaT 2014
Nov 2014
Duración: 3.29 min
Fuentes Confiables Radio
Sábado 22 de Noviembre, 2014.- Jornada Abierta organizada por la Asociación de Psicoanálisis San Fernando - Tigre.
El cierre estuvo a cargo de Germán García, Dr Honoris Causa de Universidad Nacional de Córdoba; Director de Enseñanza de la Fundación Descartes

Miserere
[…] “Tuve la certeza inmediata de que usaba mal la palabra ‘amor’, como un extranjero que desconoce el peso de las palabras y las dice, ignorante del contexto y contento por la pronunciación lograda. Y algunas veces se encuentra con problemas por haber confiado en el diccionario. Así, suelo confiar en el diccionario privado, en el peso que las palabras tienen para mí, algunas veces lejos del sentido común. Cuando digo que amo a un amigo, los que no me conocen se inquietan. Y alguno retruca que a los amigos se los quiere, pero no se los ama.
Respondí que a las mujeres se las quiere, que es difícil separar esas palabras según el sexo. Nadie estaba interesado en el tema, era mejor evitar confusiones y no decir que se amaba cuando se trataba de un amigo. Nada más. Pero ahora, por la respuesta de Viviana, parecía que tampoco era conveniente decir que amaba a Eugenia. Quizás yo nunca había amado, quizás el amor era lo que me pasaba en ese momento, era esa obediencia inmediata: las palabras decían lo que ella escuchaba. Ni siquiera, lo que ella quería escuchar.
Después de jornada 2013 en Tigre
Los Libros: una revista, una época
“García: Creo que la primera etapa, llena de polémicas, para mí fue de mucho aprendizaje. Y la segunda ya no la seguí porque siempre tuve la idea de que la política no debe ser una cuestión doctrinaria, y cuando sentí que la revista empezó a subordinarse a imperativos de líneas políticas, yo me fui a hacer Literal, porque me parecía que ahí podía continuar ese proyecto inicial de Los Libros. Y fíjense que en el primer número de Literal puse una frase, como un eslogan, que decía: ‘No matar la palabra, no dejarse matar por ella’. Es que yo pensaba que estábamos entre un dejarse matar sacrificialmente o matar lo que queríamos decir, al subordinarlo a discursos muy codificados en función de estrategias políticas… ¿Qué sentido podía tener ser un ideólogo, ser alguien que hacía discursos para la política? Para mí, ninguno. Y como tampoco quería ser un militante político, ya no me sentía nada cómodo ahí. ¿Por qué iba a decir yo más de lo que era capaz de sostener? Yo decía lo que podía sostener. Yo sostenía que había que mantener espacios autonómicos. Entonces a mí me parecía que Los Libros se traicionaba a sí misma cuando se dejaba llevar y se subordinaba a tácticas e imperativos de líneas políticas y yo qué sé qué cosas. Yo no estaba de acuerdo.”
“La motocicleta: fetiche y muerte” (1969)
[…] “Así como Raymond es doblemente excluido en dos triángulos (padre- hija, Rebeca-Daniel), pareciera que Rebeca es eliminada en la metáfora de su muerte en un triángulo formado por ella, Mandiargues y Daniel. El narrador la impulsa, Daniel la espera; el espacio que recorre está pre-figurado por estas dos ausencias: ser personaje es soñar ser real- escribió Macedonio Fernández.”
“Fuego amigo
[…] “Promoví la difusión de El frasquito, me relacioné con la gente de la revista Los Libros, y empecé a estudiar lingüística mientras escribía Cancha Rayada, a contrapelo de la recepción de Nanina.
El encuentro con Oscar Masotta desplazó un poco mis intereses, ya que el psicoanálisis había ocupado un lugar en mi vida, y ahora sería mayor con el descubrimiento de Jacques Lacan.
Había aprendido en Witold Gombrowicz que cierta altivez frente al consenso era prudente, que la koiné como enunciación colectiva termina siempre en un atentado contra el deseo de cada uno.”
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Nanina
[…] “No tenía detrás de mí una familia, un horario, ni siquiera una llave de pieza, cara al cielo. Entonces me veía con el colombiano y me gustaba porque éste vivía en su memoria, como quien dice, en su salsa. No tenía nada que olvidar ni nada que recordar: estaba en la memoria como en un colectivo y se bajaba de ella para trabajar y ganar plata para el vino, la comida y la pieza. Después, montaba la memoria y era por muchas horas un mago que dominaba un mundo de límites fugaces y de espesor fascinante.”
José Agustín: el autor como lector (1970)
[…] “La tarea de desmontar las artimañas de esas pretendidas ‘totalizaciones’ significa quizá dar un giro copernicano en la consideración de la más reciente narrativa latinoamericana. Se trata de escapar, por un lado, a la ilusión de una novela que ‘representa’ en el nivel más alto de lo literario, la voluntad, las pasiones y los deseos de su autor; por otro, a las falacias de una sofisticada presentación del discurso crítico en una práctica que desconoce no solo el motivo sino también la ideología que ella comporta. Entre esos extremos reside tal vez la posibilidad de una mirada crítica que se ocupe del lenguaje para develar su potencia múltiple. Por cierto, se trata también de volver visible lo que se ha fetichizado, en una lectura mercantil, tras la máscara de ‘lo literario’.”
Psicoanálisis dicho de otra manera
Psicoanálisis y literatura
"[...] ¿Qué papel juega la literatura en esta historia? Sigmund Freud se valió, en más de una ocasión, de textos literarios para verificar sus hipótesis. La poesía, la novela, eran portadoras de un saber textual: el romanticismo alemán había dejado sus huellas. En cambio, Sigmund Freud no se interesaba por el saber referencial de la filosofía. Dicho de otra manera, la literatura articulaba algo del deseo que estaba más allá del "concepto", mientras que la filosofía cubría con la multiplicación de esos conceptos la ignorancia de este mismo deseo."

Parte de la fuga
"[...] Si bien este círculo era amante de la cultura, se oponía de entrada al otro, al antiguo círculo de las profesoras locales. Allí se fomentaba la rima y el verso libre siempre que fuese tierno. Germán García, años antes, había leído unas hojas con malas palabras, y fue expulsado. Entre los integrantes de este círculo hay un imprentero, de manera que está asegurada la publicación. Sus poetizas recitan al estilo Yerma y tienen la piel transparente. Por lo general se casan tarde, ya que en la ciudad no abundan los espirituales."

Oscar Masotta- Los ecos de un nombre
"[...] La crisis de 1960 fue para Oscar Masotta una revelación que realizó en un instante lo que buscaba: el comienzo era el final. Como dice Jacques Lacan del cogito, no era un pensamiento lo que estaba en juego. Era una certeza: cada uno, al menos uno en cualquier caso, puede hundirse en ocasión de la muerte del padre. Y la certeza crea un círculo, por más que se la someta a una actividad crítica, se vuelve al punto de partida. Y esta certeza 'inmanente' en 1960 se transformó en 'trascendente' después de pasar por el psicoanálisis: 'conexión mental con un padre- postula Oscar Masotta- analista número uno, Freud.' "
Sciarreta, Sibony y la confusión de antaño
[…] “En Daniel Sibony su deseo de autor pesaba más que su inserción en el psicoanálisis. Cuando nos volvimos a ver, años después, en Barcelona, me dijo que era un hombre de deseo. "Yo también", le respondí.
Con Raúl Sciarreta las cosas eran diferentes. Recuerdo que alguna vez tuve el orgullo de prestarle Signo, lenguaje y conducta de Ch. Morris. Me parecía increíble que Sciarreta no tuviese algún libro, pero se trataba de una edición de Losada, ya agotada entonces.
Durante un tiempo iba a una librería de Corrientes y Suipacha, donde yo trabajaba. Era un asesor de temas dispares, además de ser un lector sorprendente. Podía, en una hora, leer un extenso libro de filosofía y después resumirlo en diez minutos para los azorados que lo escuchábamos en el bar frente a la librería."

Cuerpo, mirada y muerte
[…] “La función del vestido es producir bordes, cortes, discontinuidades sobre la superficie de la carne, y de esa manera incorporar esa carne al enigma que es el deseo del otro. Es sabido que esto puede llegar hasta el sacrificio, proponer mutilaciones diversas, etc. Pero si la carne puede llegar hasta la mutilación, para ofrecerse a la mirada del otro, es porque el cuerpo se sostiene de esa mirada."
[...] "Jacques Lacan dice que lo que Freud descubrió es que la sexualidad falta ahí donde se supone que debería estar (los genitales). Y que por eso se la encuentra en cualquier lado. Para designar eso, Freud inventó el término libido (que, por supuesto, ya existía). Libido, que no es tanto un flujo, una energía como un órgano: algo suplementario al cuerpo, algo que se incorpora, desde el otro, a la regulación de nuestro propio deseo. Este órgano, sin embargo, no tiene carne (no es ninguno de los órganos de nuestro cuerpo), aunque, paradójicamente determina el funcionamiento erótico de todos los órganos del cuerpo. ¿Qué regula la moda? Los desplazamientos de ese órgano a-real."

La entrada del psicoanálisis en la Argentina
"[Cita de Masotta:] 'Bajo la sombra de la anécdota histórica como fantasma inmundo correrá por suerte el agua de las fundaciones legítimas. El descubrimiento de Freud es la fuente de los borbotones de agua cristalina de la que fue quitada la piedra blanca- prosigue Masotta-; pero el inconsciente no podía ser un emergente tranquilizador y la trama de la historia ha otorgado a la metáfora de la fuente un irrevocable aire de serio del que nadie se mofa. Solamente que ni los mismos seguidores de Freud le perdonan eso que en definitiva Freud venía a decirnos: que lo serio del hombre es que el hombre está estructurado como un chiste. ¿Con qué ontología fundar ese modelo del placer efímero donde el sujeto solo se satisface con palabras y donde sin embargo está en juego todo el orden del ser, digo: el goce y la muerte, el sexo y la generación, la procreación y la ascendencia?'
El 28 de junio de 1974 Oscar Masotta firma el acta de fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Los dieciocho firmantes que lo acompañamos debemos ese acto a su enseñanza."


Primera conferencia de Germán García- Biblioteca Madero-
San Fernando
12 de mayo de 2006
Con Félix Chiaramonte
Variaciones sobre psicosis
"[...] ¿Para qué discuten esas cosas ustedes? ¿Por qué no estudiar lingüística en lugar de discutir estas cosas? Tiene que partir de lo siguiente: una vez que uno empieza a estudiar psicoanálisis hace lo posible para rajarse de él. Cada vez que una clase se va por las ramas hay que cortarla. Discutir el esperanto es resistencia al psicoanálisis, según lo que entiendo. Uno explica el estadio del espejo y alguien pregunta '¿Y si el otro es ciego?'. Si esta es la pregunta de alguien que hace cincuenta años estudia el problema de la ceguera, le creo. Pero si me pregunta un ocioso que acaba de improvisar no le creo, es así de simple. Uno estudia la estructura significante del lenguaje y alguien dice '¿y si el otro es mudo?'.
Me parece que cuando se está estudiando algo se está estudiando eso, porque el psicoanálisis es una especie de mingitorio donde todo el mundo viene a mear, y no es así. Hay una lógica que estudiar, y hay que estudiar psicoanálisis porque perder el tiempo hablando del esperanto en Tucumán me parece un disparate. No me parece sensato perder el tiempo puesto que en Tucumán no se sabe psicoanálisis. Dirán que tampoco se sabe esperanto pero si ustedes mismos dicen que el esperanto fracasó, para qué hablar de él, es un tema melancólico o es para molestar. Hay temas para molestar y el que enseña tiene que tener respeto por el que escucha. Entenderán con el tiempo que esta es una cosa respetuosa; solamente a la clientela y el mundo de los negocios se le dice que siempre tiene la razón; en la enseñanza no siempre se tiene razón, la prueba está en que uno viene a aprender. Entonces, no me parece de mal gusto tener un poco de mal gusto con los alumnos."
