
Verónica Ortiz
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Verónica Ortiz


Verónica Ortiz
Miembro APSaT
Coordinadora del módulo La Pulsión: Freud, Lacan.
Directora del boletín El psicoanálisis en la ciudad.
Miembro de Atención analítica San Fernando-Tigre
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Verónica Ortiz
Calendario de actividades 2020



Miembro APSaT
Coordinadora del módulo La Pulsión: Freud, Lacan.
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Germán García BRICOLAGE
Germán Leopoldo García BRICOLAGE
Por Verónica Ortiz
Más abajo publicamos una biografía que puede hallarse con un clic al escribir su nombre. Hechos, fechas, fundaciones, reconocimientos. Lo primero con lo que se topa alguien que desea saber quién fue Germán García.
Pero, al concebir la histeria como hysteria, Jacques Lacan nos ha dejado como enseñanza que una biografía no es sino una byografía. La biografía -en tanto que narración completa de la vida de alguien- es imposible, porque el deseo de aquel que es “narrado” implica necesariamente una opacidad que se resiste a la plena iluminación. La y griega está en el lugar de lo que escapa debido a que, por estructura, no podemos narrar el deseo. Sí podemos, tal vez, apuntar a él, deducirlo a posteriori a partir de ciertos actos. Es así que J.-A. Alain Miller, al recordar a Jacques Lacan, prefería escribir una vida.
“[…] rogamos a los lectores, y es que si no las referimos todas, ni aun nos detenemos con demasiada prolijidad en cada una de las más celebradas, sino que cortamos y suprimimos una gran parte, no por eso nos censuren y nos reprendan. Porque no escribimos historias sino vidas.”
Vidas célebres- Alejandro y César
Plutarco
P
Germán Leopoldo García nació en la ciudad de Junín en 1944 y se radicó en Buenos Aires en 1961...
¿Quién fue para nosotros Germán García? Para todos nosotros, un maestro. Para algunos, también su analista. Como asesor permanente tanto en la Delegación San Fernando del Instituto Oscar Masotta como de la APSaT, disertó en varias oportunidades en la biblioteca de San Fernando, en la de Tigre, en la sede San Isidro del Colegio de Psicólogos, en el Centro Universitario Tigre y se sentó a la mesa en nuestros bares, clubs, restaurantes o en nuestra sede para brindar una vez concluidos los eventos. Lúcido, pícaro, maestro del Witz, erudito de la vida, conversador, iniciador de debates a toda hora sobre cualquier tema, atento a la política del psicoanálisis y al deseo de cada quien, portador de una palabra distinta para cada uno, una palabra que tocaba algo y despertaba de algún letargo adormecido.
¿Quién fue Germán García, para nosotros? Alguien inenarrable pero que, justamente por eso, nos invita a intentar hacerlo. Al menos, bajo la modalidad del BRICOLAGE.

Encuentros con Germán García *
Por Félix Chiaramonte
Hace unos catorce años lo llamé por teléfono.
A mediados de los ‘80 había leído su crítica a la crítica del psicoanálisis del casi inmortal Bunge, y también lo escuché en una conferencia en San Isidro en los ‘90 cuando expuso las tres razones del nombre Descartes para una nueva Fundación, dentro del Campo Freudiano: por el filósofo francés, un guiño para otros analistas, la pista del seudónimo de Juan Domingo Perón en artículos periodísticos, y finalmente, si la propuesta no tenía éxito , “descartarse”. En el difícil 2002 fui a una charla que dio en la Biblioteca Nacional, así como antes y después funcionó de antídoto para mi fervorosa militancia en algunas clases que daba en la sede de Jean Jaurés.
Mis inquietudes políticas no me dejaban suficiente margen para la práctica que luego sostendría más firmemente. Pero ya sabemos que el tiempo es cuestión de deseo. La política se moría y el amor también, la angustia era un sostén antes de la nada. Una transferencia anticipada de un análisis porvenir metaforizaba una guía que signaría un modo de vida.
Llamé desde la estación Retiro. Contestó sin ambages, con un par de preguntas que incluían el por qué y el para qué, de dónde lo conocía, quién era yo. Apenas pude responder, y porque su interrogación me interpelaba, entendí que ese sujeto que hablaba en mí estaba decidido.
En la segunda entrevista que tuvimos me impresionó la seriedad con que se tomaba palabras que podían pasar por nimias y que su intervención convertía en divinos detalles. Hablamos de la actualidad, quería probar mi sed de justicia social y reivindicaciones varias por un pueblo que aún no entiendo. Conversamos acerca del sintagma “derechos humanos”. Me dijo que también era algo que supo utilizar Estados Unidos, y lo que pude ubicar fueron los años de la presidencia de James Carter, tal vez vitales en mis recuerdos de infancia: 1976-1980. Abrió su notebook para constatar el dato. A continuación proseguimos con elogios y críticas a Perón, siempre con chistes que traslucían lo serio de la cuestión.
Analizarme de mis sintomas neuróticos no ha sido fácil. Pero tal vez no lo es para nadie. No hay recetas. Tomé algunas enseñanzas, como aquella de ser pesimista en el pensamiento y optimista en la acción, parafraseando a Gramsci, y la frase que supo decir una noche luego de una clase: la vida es una novela que termina mal.
Sin embargo sabía cómo ayudar a descubrir lo que cada uno no sabe de sí, con una alegría en la tarea que me supo transmitir, que me llevó a construir con otros una institución analítica para pasar del saber supuesto al saber expuesto, sin encerrarse en el privilegio de las verdades no discutidas y posibilitar, una vez más, una salida singular e independiente.
En la última sesión era mi voz la que preguntaba. Así me reveló anécdotas de un pretérito trabajo como publicista y yo lo conecté con la vocación de mi hijo, me comentó sutilezas de lecturas condensadas en su infinita biblioteca, y terminamos hablando de la historia que, dando giros en un gesto real con sus manos, culminó en un decir : El psicoanálisis y sus vueltas. Así fue el título de una Jornada en Tigre, pero al mismo tiempo una clave del viaje lacaniano con el retorno a Freud, la dialéctica de su enseñanza con Masotta, y un final abierto en la república de las letras , más allá de la muerte.
Cancha rayada
[…] “Le dije escuchá querida. Y me largué: la oveja bala, la abeja zumba, el águila trompetea, el antílope zumba, el becerro berrea, el búho ronca y ayea, el caballo relincha y bufa, la cabra bala, el camello gruñe y ruge, el canario trina y gorjea, el cerdo gruñe y rasguña, el ciervo bala y brama, la cigüeña crotora, el cisne grazna, el cocodrilo gime y ruge, la codorniz crotora, el conejo chilla, el cuervo grazna y crascita, el elefante barrita, la foca ladra y muge, la gallina cacarea, el ganso grazna, el gato maúlla y mía- la apreté y rió-, el gavilán chilla y la golondrina chirría mientras una grulla grulle y la hiena aúlla seguida del jabalí que rebudia y un lagarto que silba (la tenía, la sentía). Un león ruge mientras la liebre chilla seguida de un lobo que aúlla y ulula, mientras el mono chilla y castañea cerca de un loro que vocea y chilla (la besé).
Una paloma arrulla y zurea mirando a la pantera que himpla, escuchando al pato que parpa, la perdiz que cuchichía y ajea, el perro que aúlla y ladra, el puerco espín que gruñe, el puma que ruge, la rana que croa, la rata que chilla, el rinoceronte que chilla y barrita, el ruiseñor que trina, la serpiente que silba, el tigre que brama, la tórtola que arrulla, la vaca que muge, el zorro que ladra como un perro y un toro que brama, bufa y muge.
Qué concierto- dice. La paloma sos vos digo, pero igual me saca la mano del escote y no tengo más repertorio.”
"Reducir a un pseudotecnicismo cosas que no son ningún tecnicismo sino posiciones éticas, subjetivas tomadas y disfrazadas es una trampa. El asunto es qué hacer, qué queremos hacer, cómo lo hacemos, qué resultados tiene y cómo verificamos esos resultados."
(Extracto de la conferencia "¿Qué hacemos cuando hacemos psicoanálisis?")
Gombrowicz- El estilo y la heráldica
[De la contratapa] […] “Si este libro provocara una lectura de Witold Gombrowicz y, a su vez, se volviese olvidable, habría cumplido su fin (como esos sueños que son vigilia del dormir y se olvidan por completo al despertar). Mientras tanto, quisiera ser un libro entretenido y sugerente, escrito por alguien que desde hace muchos años ama la lectura de Witold Gombrowicz y simpatiza con sus lectores.”

Germán García en Jornadas APSaT 2014
Nov 2014
Duración: 3.29 min
Fuentes Confiables Radio
Sábado 22 de Noviembre, 2014.- Jornada Abierta organizada por la Asociación de Psicoanálisis San Fernando - Tigre.
El cierre estuvo a cargo de Germán García, Dr Honoris Causa de Universidad Nacional de Córdoba; Director de Enseñanza de la Fundación Descartes
La fortuna
[…] “La avenida 9 de Julio había perdido su belleza nocturna, y el amasijo de edificios desparejos y medianeras descoloridas producía una sensación desolada. La fuente de Lola Mora le parecía algo triste. La Boca se le había vuelto sórdida. La avenida Corrientes perdió su encanto. La muerte convirtió a la ciudad en un museo de cera, por donde se deslizó con inquietud. Sin voluntad, impulsado por la gravedad, sin llamar la atención de los funcionarios de la Compañía.”
Ediciones de La Flor (narrativa)
Bs. As. 2004

Miserere
[…] “Tuve la certeza inmediata de que usaba mal la palabra ‘amor’, como un extranjero que desconoce el peso de las palabras y las dice, ignorante del contexto y contento por la pronunciación lograda. Y algunas veces se encuentra con problemas por haber confiado en el diccionario. Así, suelo confiar en el diccionario privado, en el peso que las palabras tienen para mí, algunas veces lejos del sentido común. Cuando digo que amo a un amigo, los que no me conocen se inquietan. Y alguno retruca que a los amigos se los quiere, pero no se los ama.
Respondí que a las mujeres se las quiere, que es difícil separar esas palabras según el sexo. Nadie estaba interesado en el tema, era mejor evitar confusiones y no decir que se amaba cuando se trataba de un amigo. Nada más. Pero ahora, por la respuesta de Viviana, parecía que tampoco era conveniente decir que amaba a Eugenia. Quizás yo nunca había amado, quizás el amor era lo que me pasaba en ese momento, era esa obediencia inmediata: las palabras decían lo que ella escuchaba. Ni siquiera, lo que ella quería escuchar.
